Fidelidad en medio de la crítica: La sabiduría divina en el Evangelio de Lucas

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Fidelidad en medio de la crítica: La sabiduría divina en el Evangelio de Lucas

2024-09-18 Discernimiento apostólico Fidelidad cristiana Sabiduría divina Sin categoría 0

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.» Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»

Palabra del Señor.

La voz de Dios en medio del rechazo:

En este pasaje del Evangelio, Jesús habla sobre la actitud de aquellos que critican tanto a Juan el Bautista como a Él mismo. Esta generación, compara Jesús, es como niños que no están conformes con nada. Juan, con su vida austera, fue rechazado por su severidad, mientras que Jesús, por su cercanía a la gente, fue criticado por ser demasiado accesible. Esta crítica refleja una realidad humana: la dificultad de aceptar lo que es distinto a nuestras expectativas. Aplicando esto a la vida diaria, cuántas veces, en la familia, en la parroquia o en el trabajo apostólico, enfrentamos situaciones en las que, sin importar el esfuerzo o la intención, siempre parece haber algo mal a los ojos de los demás. La lección que nos deja Jesús es clara: la sabiduría de Dios se revela en los frutos de nuestras acciones, no en las opiniones de quienes critican sin fundamento.

El valor de la autenticidad en la vida cotidiana:

Una de las enseñanzas más importantes de este Evangelio es la autenticidad. Tanto Juan como Jesús fueron fieles a sus respectivas misiones, aun cuando sabían que serían incomprendidos. En nuestras vidas, es fácil caer en la tentación de querer agradar a todos. En los movimientos apostólicos, en la parroquia o en cualquier comunidad, a menudo nos encontramos adaptando nuestro mensaje o comportamiento para evitar críticas o rechazos. Sin embargo, el llamado de este Evangelio es a vivir nuestra vocación con fidelidad y autenticidad, confiando en que los frutos de nuestro trabajo son lo que realmente importan a los ojos de Dios. Ser auténtico, aunque no sea popular, es lo que transforma verdaderamente la vida de los demás.

La sabiduría de Dios frente a la crítica humana:

Jesús concluye esta reflexión diciendo que “la sabiduría se justifica por todos sus hijos”. Con esta frase, nos invita a confiar en que el tiempo revelará la verdad de nuestras acciones. Es una invitación a no dejarnos llevar por la crítica inmediata o por los juicios apresurados de quienes no comprenden la misión que hemos recibido. En la vida parroquial, a menudo hay decisiones difíciles que no todos entenderán al principio, pero si las hacemos con oración, discernimiento y amor, los frutos llegarán. Este principio es especialmente útil para quienes trabajan en los movimientos apostólicos, donde las críticas pueden ser constantes, pero la perseverancia y la fe en la sabiduría divina darán testimonio a largo plazo.

La importancia de permanecer centrados en la misión:

Jesús nos enseña a mantener nuestra mirada fija en la misión que Dios nos ha encomendado, independientemente de las críticas o incomprensiones que puedan surgir. En un mundo lleno de opiniones, es fácil desviarse de lo que realmente importa. Este pasaje nos llama a regresar constantemente a lo esencial: la verdad del Evangelio y el servicio a los demás. En la vida diaria, ya sea en la parroquia o en el trabajo, es fundamental recordar que nuestro objetivo no es complacer a los demás, sino ser fieles al llamado que hemos recibido. La fidelidad a nuestra misión es lo que, al final, hablará más fuerte que cualquier crítica.

El discernimiento en la vida apostólica:

Este pasaje también nos invita a practicar el discernimiento. Ni Juan el Bautista ni Jesús cambiaron su mensaje para ajustarse a las expectativas de la gente. Ambos actuaron bajo la guía del Espíritu Santo. En nuestras propias vidas, ya sea en el contexto parroquial o en los movimientos apostólicos, es esencial pedir constantemente a Dios que nos dé el discernimiento para actuar conforme a su voluntad. No todas las críticas son negativas, y a veces necesitamos ajustar nuestros caminos, pero siempre bajo la luz de la oración y el discernimiento. Esta es una lección valiosa para todos aquellos que buscan ser verdaderos servidores de Cristo en un mundo que a menudo no entiende el llamado del Evangelio.