El envío de los discípulos: una misión que sigue vigente

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El envío de los discípulos: una misión que sigue vigente

2025-02-06 Enseñanzas de Jesús Misión y apostolado Vida Cristiana 0

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor.

El llamado a la misión:

Jesús envía a sus discípulos de dos en dos con una misión clara: anunciar la llegada del Reino de Dios, sanar a los enfermos y liberar a los oprimidos. No los envía solos ni con grandes recursos, sino con la confianza en la providencia divina. Esta enseñanza sigue vigente en la actualidad: todos somos llamados a ser misioneros en nuestra familia, en el trabajo, en la parroquia y en la comunidad. La misión no es exclusiva de unos pocos, sino que es tarea de todos los bautizados.

La sencillez como estilo de vida:

Jesús instruye a los discípulos para que no lleven más que lo necesario: un bastón, sandalias y una túnica. Esta indicación resalta la importancia de la sencillez y el desprendimiento. En una sociedad que impulsa el consumo excesivo, el Evangelio nos recuerda que la verdadera riqueza está en confiar en Dios y en compartir con los demás. Cuando aprendemos a depender menos de lo material y más de la gracia divina, nuestra vida se llena de paz y propósito.

El trabajo en comunidad:

El envío de los discípulos en parejas muestra que la misión cristiana no se vive en solitario. La fe se fortalece cuando se comparte, y los desafíos son más llevaderos cuando se enfrentan juntos. En el trabajo pastoral y en los movimientos apostólicos, la colaboración es fundamental. Nadie es autosuficiente, todos necesitamos apoyo y guía. En nuestras comunidades, el trabajo en equipo permite que el mensaje de Jesús llegue con mayor fuerza y eficacia.

Aceptar la voluntad de Dios:

Jesús les advierte que no siempre serán bien recibidos y que, en ciertos lugares, deberán sacudir el polvo de sus pies en señal de desapego. Esta enseñanza nos recuerda que, aunque pongamos nuestro mayor esfuerzo, habrá momentos en los que las puertas se cerrarán. No debemos desanimarnos ni aferrarnos a la frustración. Aceptar la voluntad de Dios nos da la paz necesaria para seguir adelante con confianza, sabiendo que Él guiará nuestros pasos.

Sanar el corazón de los demás:

Los discípulos fueron enviados con poder para sanar a los enfermos y liberar a quienes estaban oprimidos. Hoy, el mundo sigue necesitando esa sanación, no solo física, sino también espiritual y emocional. Muchas personas cargan con heridas del pasado, con preocupaciones y con soledad. Nuestra misión es llevar esperanza, acompañar con amor y transmitir la paz de Jesús en cada encuentro. Un simple gesto de amabilidad puede ser bálsamo para un corazón herido.

Meditación Diaria:

El Evangelio de hoy nos invita a confiar en Dios y en su misión para cada uno de nosotros. No necesitamos grandes recursos ni habilidades extraordinarias, sino disposición y fe. Jesús nos llama a ser mensajeros de su amor en cada ámbito de nuestra vida, trabajando en comunidad, con humildad y desprendimiento. Aunque enfrentemos dificultades, debemos recordar que Él está siempre a nuestro lado. Cuando nos entregamos con generosidad, nos convertimos en instrumentos de su gracia. Que hoy podamos vivir con la certeza de que nuestra labor, por pequeña que parezca, tiene un impacto en la construcción del Reino de Dios.