Juan el Bautista: Modelo de humildad y perseverancia en la fe

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Juan el Bautista: Modelo de humildad y perseverancia en la fe

2024-12-14 Humildad en la fe Juan el Bautista Vida comunitaria cristiana 0

Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,10-13):

Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

Palabra del Señor.

El papel de los profetas en el plan de Dios:

El Evangelio según san Mateo nos presenta una reflexión profunda sobre el rol de los profetas en la historia de salvación. Jesús nos recuerda cómo Juan el Bautista cumplió su misión como precursor del Mesías, a pesar de ser incomprendido y rechazado. En la vida diaria, somos llamados a identificar las «voces proféticas» que nos señalan el camino hacia Dios. A menudo, estas voces pueden ser amigos, familiares o miembros de la comunidad que nos inspiran a vivir con más entrega y amor. Al igual que Juan, estamos invitados a ser mensajeros de esperanza, especialmente en un mundo que necesita reconciliación y justicia.

Reconocer el plan divino en los acontecimientos cotidianos:

La lectura también nos impulsa a comprender que Dios actúa en nuestra historia personal, incluso en circunstancias que parecen adversas. En el trabajo parroquial y comunitario, es esencial ver cada desafío como una oportunidad para colaborar en la misión de Cristo. A veces, esto implica discernir cómo nuestras acciones pueden contribuir al bienestar de los demás. Así como Jesús ayudó a sus discípulos a entender la conexión entre Juan y Elías, nosotros debemos buscar la mano de Dios en los momentos aparentemente ordinarios, confiando en que Él guía nuestras vidas hacia un propósito mayor.

La importancia de la humildad en la misión apostólica:

Jesús nos enseña que el verdadero servicio requiere humildad. Juan el Bautista, aunque grande en su misión, siempre señaló a Cristo como el centro de la salvación. En los movimientos apostólicos, esta lección es crucial. Nuestras acciones no deben buscar reconocimiento personal, sino reflejar el amor de Dios. Al trabajar en equipo, es fundamental cultivar una actitud de respeto y colaboración, recordando que cada miembro tiene un papel único en la obra de evangelización. La humildad nos ayuda a poner los dones que hemos recibido al servicio de los demás, fomentando un espíritu de unidad en la misión.

Perseverar en el anuncio del Evangelio:

El destino de Juan el Bautista nos recuerda que seguir a Cristo no siempre es fácil. Habrá momentos de incomprensión o rechazo, pero no debemos desanimarnos. En nuestras comunidades y parroquias, esto puede traducirse en esfuerzos continuos para promover el Evangelio, incluso cuando los frutos no son evidentes de inmediato. Jesús nos llama a confiar en que nuestro trabajo tiene valor, pues está fundamentado en la promesa de salvación. Perseverar con fe significa seguir adelante con alegría, sabiendo que Dios actúa incluso en nuestras debilidades.

Aplicar el mensaje del Evangelio en la vida diaria:

El mensaje central de esta lectura nos anima a ser testigos del amor de Dios en nuestras relaciones y responsabilidades diarias. En el ámbito laboral, familiar y comunitario, podemos vivir el Evangelio al mostrar compasión, escuchar activamente a los demás y practicar el perdón. Cuando nuestras acciones reflejan los valores del Reino de los Cielos, nos convertimos en instrumentos de paz y transformación. Recordemos que cada pequeño acto de bondad tiene un impacto significativo en el corazón de quienes nos rodean, acercándolos a la experiencia del amor divino.

Meditación Diaria:

Señor, en este día reflexionamos sobre el ejemplo de Juan el Bautista, un hombre que vivió plenamente su misión de preparar el camino para Ti. Nos enseñas que, como discípulos tuyos, debemos abrazar nuestra misión con humildad y valentía, aceptando los retos con confianza en tu plan. Ayúdanos a reconocer las señales de tu amor en los pequeños detalles de la vida y a ser sensibles a las necesidades de los demás.

Que nuestra comunidad parroquial y apostólica sea un reflejo vivo de tu presencia, trabajando unidos para construir un mundo más justo y amoroso. Fortalece nuestros corazones para perseverar en el anuncio del Evangelio, incluso cuando enfrentamos dificultades. Enséñanos a vivir con la certeza de que tu gracia siempre nos acompaña. Amén.