Viviendo con Propósito: Reflexión sobre Marcos 10,17-27

Ayudemos a Manuel Mano Galarza

Viviendo con Propósito: Reflexión sobre Marcos 10,17-27

2024-05-27 Desapego Material 0

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-27):

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»

Palabra del Señor.

La llamada al desapego:

En el Evangelio según San Marcos (10,17-27), Jesús nos invita a reflexionar sobre el desapego material. Un hombre se acerca a Jesús preguntándole qué debe hacer para heredar la vida eterna. La respuesta de Jesús es clara y desafiante: “Ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres”. Este llamado al desapego no solo implica deshacerse de las posesiones materiales, sino también de las preocupaciones y apegos que nos alejan de Dios. En nuestra vida diaria, esto puede traducirse en un esfuerzo consciente por priorizar lo espiritual sobre lo material, buscando siempre el bienestar de los demás por encima del nuestro.

Aplicación en la vida diaria:

El mensaje de Jesús nos invita a evaluar nuestras prioridades y a preguntarnos si realmente estamos viviendo conforme a sus enseñanzas. En un mundo donde el éxito y la felicidad a menudo se miden por la cantidad de bienes materiales que poseemos, Jesús nos recuerda que la verdadera riqueza se encuentra en el amor y el servicio a los demás. Esto no significa que debamos vivir en la pobreza, sino que debemos mantener nuestras posesiones en perspectiva y asegurarnos de que no nos esclavicen. Practicar la generosidad y la caridad en nuestras acciones cotidianas es una forma concreta de vivir este evangelio.

En el trabajo parroquial:

En el contexto parroquial, el desapego material y la generosidad son esenciales para construir una comunidad fuerte y solidaria. Los movimientos apostólicos y las actividades parroquiales deben centrarse en el servicio a los más necesitados, siguiendo el ejemplo de Jesús. Esto puede incluir programas de ayuda a los pobres, visitas a los enfermos y ancianos, y la organización de eventos que fomenten la unión y la solidaridad entre los feligreses. Además, los líderes parroquiales deben predicar con el ejemplo, demostrando un compromiso genuino con la sencillez y la generosidad.

Fortaleciendo los movimientos apostólicos:

Los movimientos apostólicos juegan un papel crucial en la difusión del mensaje del Evangelio. Estos movimientos deben inspirar a sus miembros a vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, promoviendo el desapego material y el servicio desinteresado. Es fundamental que los líderes de estos movimientos motiven a los miembros a participar activamente en obras de caridad y servicio comunitario, creando así una cultura de generosidad y solidaridad. La formación continua y la espiritualidad profunda son esenciales para fortalecer estos movimientos y asegurar que sigan siendo una fuerza transformadora en la sociedad.

Viviendo con propósito y fe:

El llamado de Jesús a vender nuestras posesiones y seguirlo es una invitación a vivir con un propósito más elevado. Nos desafía a encontrar nuestra verdadera identidad y propósito en Él, en lugar de en las cosas materiales. Al responder a este llamado, encontramos una paz y una alegría que las posesiones materiales nunca pueden proporcionar. En nuestras actividades diarias, ya sea en el trabajo, en la familia o en la comunidad, debemos buscar siempre la voluntad de Dios y actuar con amor y generosidad. Al hacerlo, no solo transformamos nuestras propias vidas, sino también las de quienes nos rodean.