La compasión como eje del apostolado: Reflexiones de Mateo 9,9-13

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La compasión como eje del apostolado: Reflexiones de Mateo 9,9-13

2024-09-21 Conversión Misericordia 0

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios»: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor.

El llamado de Mateo:

La lectura de este evangelio nos presenta un momento clave: el llamado de Mateo, un recaudador de impuestos que vivía en el desprecio de muchos. Jesús lo ve, lo llama, y Mateo, sin dudar, lo sigue. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la prontitud con la que respondemos al llamado de Dios en nuestra vida diaria. Jesús no ve las apariencias ni los cargos que desempeñamos, sino nuestro corazón. Esta misma actitud debemos llevar a nuestros trabajos, comunidades y parroquias, reconociendo el valor intrínseco de cada persona que encontramos.

Misericordia antes que sacrificios:

El versículo 13 es particularmente revelador: “Misericordia quiero y no sacrificios.” Jesús corrige a los fariseos, quienes criticaban su cercanía con los pecadores. Este mensaje es fundamental para nuestras relaciones diarias. En el trabajo pastoral y en los movimientos apostólicos, a menudo nos encontramos con personas que, según las normas humanas, parecerían alejadas del ideal cristiano. Sin embargo, es precisamente a esas almas que debemos acercarnos con misericordia, evitando juicios precipitados y valorando la compasión por encima de las reglas estrictas.

Jesús y los marginados:

Jesús se rodeó de aquellos que la sociedad consideraba «pecadores» y «marginados». Para muchos, este comportamiento era incomprensible, pero en él radica la esencia del mensaje cristiano: no estamos llamados a salvar a los que ya se consideran justos, sino a acompañar a quienes necesitan un encuentro con el amor de Dios. Este mensaje nos recuerda que, en nuestras parroquias y movimientos apostólicos, debemos priorizar la inclusión de aquellos que más necesitan ser escuchados y amados, sin distinción.

La respuesta inmediata:

Mateo no dudó en dejar su trabajo para seguir a Jesús. Esta respuesta inmediata nos enseña el valor de la confianza en Dios. En ocasiones, el Señor nos pide que abandonemos aquello que nos da seguridad para abrazar lo desconocido. En nuestra vida diaria, especialmente en el trabajo parroquial o en los apostolados, a veces es necesario dejar atrás ciertos temores o prejuicios para poder entregarnos plenamente al servicio. Es un acto de fe, de abandono a la voluntad divina, que nos transforma y nos acerca más al plan de Dios.

El llamado continuo a la conversión:

El llamado de Mateo no fue solo un cambio de ocupación, sino una invitación a la conversión de vida. Esta misma invitación nos la hace el Señor día tras día. Cada uno de nosotros, en nuestras diversas realidades, está llamado a revisar su vida, a dejar lo que no nos acerca a Dios y a seguirle más de cerca. Este proceso de conversión no es algo instantáneo, sino un camino que recorremos con paciencia y constancia. En nuestras parroquias y movimientos apostólicos, este debe ser un tema constante: la conversión del corazón y el esfuerzo por ser mejores discípulos de Cristo.