Palabras que Transforman: Una Mirada a Lucas 4,16-30

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Palabras que Transforman: Una Mirada a Lucas 4,16-30

2024-09-02 Fe en Acción Misericordia y Inclusión Superación de Obstáculos 0

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor.

 

El Poder de la Palabra en Nuestras Vidas:

En el pasaje del Evangelio según san Lucas, presenciamos un momento crucial en la vida pública de Jesús: Su regreso a Nazaret y la proclamación de su misión en la sinagoga. La lectura de Isaías no es solo un rito; es una declaración de identidad y propósito. Este acto nos invita a reflexionar sobre cómo utilizamos la palabra en nuestras vidas. ¿Somos conscientes del poder que tienen nuestras palabras? En nuestras familias, en nuestro trabajo y en nuestras comunidades, las palabras pueden construir puentes o derribarlos.

La Reacción de la Comunidad: Aceptación y Rechazo:

Al principio, todos admiraban las palabras de gracia que Jesús pronunciaba. Sin embargo, la marea cambió rápidamente cuando Él reveló que su mensaje también estaba destinado a los no judíos. Este cambio en la aceptación nos muestra cómo a veces la resistencia al cambio puede cegarnos a la verdad y al amor universal que debe prevalecer en nuestras comunidades. ¿Cómo reaccionamos ante los mensajes que desafían nuestras percepciones y comodidades?

El Llamado a la Misericordia y la Inclusión:

El rechazo de Jesús por parte de su propia gente es un recordatorio de que el camino del amor y la misericordia a menudo puede ser contracultural. Asumir este camino significa trabajar para incluir a todos, especialmente a aquellos que la sociedad tiende a marginar. ¿Cómo podemos, en nuestro entorno diario y en los movimientos apostólicos, ser heraldos de esta inclusión, siguiendo el ejemplo de Cristo?

La Fe que se Traduce en Acción:

La fe no es solo un conjunto de creencias, sino una fuerza transformadora que debe manifestarse en acciones concretas. Jesús no solo proclamó el año de gracia del Señor; Él vivió activamente esta proclamación ayudando a los pobres, curando a los enfermos y acogiendo a los marginados. ¿Cómo podemos nosotros, como parte de nuestras parroquias y movimientos apostólicos, traducir nuestra fe en acciones que verdaderamente reflejen los valores del Evangelio?

Superación de los Obstáculos con Esperanza y Amor:

Finalmente, cuando Jesús fue rechazado y enfrentó la amenaza de violencia, Él no respondió con rencor sino que continuó su misión con determinación renovada. Esta parte del relato nos alienta a superar los obstáculos no con desesperación, sino con esperanza y amor, buscando siempre avanzar hacia nuestro verdadero propósito. ¿Estamos dispuestos a seguir nuestro camino con esta misma determinación, sin importar los desafíos?