La Parábola del Trigo y la Cizaña: Enseñanzas para la Vida Diaria

Ayudemos a Manuel Mano Galarza

La Parábola del Trigo y la Cizaña: Enseñanzas para la Vida Diaria

2024-07-27 Paciencia y Fe 0

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?» Él les dijo: «Un enemigo lo ha hecho.» Los criados le preguntaron: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?» Pero él les respondió: «No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»

Palabra del Señor.

 

 

La Parábola del Trigo y la Cizaña:

La parábola del trigo y la cizaña nos ofrece una enseñanza profunda sobre la coexistencia del bien y el mal en el mundo. Jesús nos muestra que, aunque ambos crecen juntos, llegará un momento en que serán separados. En nuestra vida diaria, esta parábola nos invita a ser pacientes y a confiar en la justicia divina. Nos recuerda que, aunque enfrentemos desafíos y dificultades, debemos mantener nuestra fe y nuestra integridad moral.

La Paciencia en el Trabajo:

En nuestro trabajo, ya sea en la parroquia o en cualquier otro ámbito, encontramos personas y situaciones que pueden ser difíciles. La parábola nos enseña a tener paciencia y a no juzgar apresuradamente. Cada individuo está en su propio camino de crecimiento y conversión. Al igual que el agricultor que permite que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta la cosecha, nosotros también debemos permitir que el tiempo y la gracia divina actúen en la vida de las personas.

La Importancia de la Comunidad:

En los movimientos apostólicos y en la vida parroquial, la comunidad juega un papel crucial. La parábola nos recuerda que no estamos solos en nuestro caminar. Como miembros de una comunidad, debemos apoyarnos mutuamente, fomentar el bien y trabajar juntos para superar el mal. Este sentido de comunidad nos fortalece y nos permite crecer juntos en la fe y en el amor a Dios.

La Confianza en la Justicia Divina:

Muchas veces, en la vida cotidiana, podemos sentirnos abrumados por la injusticia y el mal que vemos a nuestro alrededor. La parábola del trigo y la cizaña nos invita a confiar en la justicia divina. Dios, en su infinita sabiduría, sabe cuándo y cómo separar el bien del mal. Nuestra tarea es mantenernos fieles y confiados en su plan, sabiendo que al final, la justicia prevalecerá.

La Misión de Evangelizar:

Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser luz en el mundo. La parábola nos recuerda nuestra misión de evangelizar y llevar el mensaje del Evangelio a todos, especialmente a aquellos que parecen alejados de Dios. Nuestro testimonio de vida, basado en la paciencia, la confianza y el amor, puede tocar los corazones y transformar vidas. Al compartir el Evangelio, sembramos semillas de fe que, con el tiempo, darán fruto abundante.