La fe inquebrantable de María Magdalena: Lecciones para la vida diaria según san Juan (20,1.11-18)

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La fe inquebrantable de María Magdalena: Lecciones para la vida diaria según san Juan (20,1.11-18)

2024-07-22 Encuentro Divino Fe Perseverancia 0

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1.11-18):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.»»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Palabra del Señor.

La búsqueda de la verdad:

En la lectura de hoy, vemos a María Magdalena en busca de la verdad. Ella representa la humanidad, buscando respuestas a los enigmas de la vida. En nuestras vidas diarias, también buscamos sentido y propósito. La búsqueda de María nos recuerda que no debemos rendirnos, incluso cuando la verdad parece esquiva. En nuestros trabajos y compromisos parroquiales, esta búsqueda constante de la verdad nos guía y nos da dirección.

El poder de la fe:

María Magdalena, al encontrar el sepulcro vacío, muestra una fe inquebrantable. Aunque no entiende de inmediato, no duda en su creencia en Jesús. En nuestras vidas, la fe nos sostiene en momentos de incertidumbre. Al trabajar en la parroquia o en los movimientos apostólicos, nuestra fe nos impulsa a seguir adelante, confiando en que Dios tiene un plan para nosotros, aunque no siempre podamos verlo claramente.

La importancia de la perseverancia:

María no se rinde fácilmente; su amor y devoción la llevan a permanecer junto al sepulcro. Esta perseverancia es un ejemplo poderoso para todos nosotros. En nuestros trabajos y actividades diarias, enfrentar obstáculos es inevitable. La perseverancia, alimentada por la fe, nos ayuda a superar los desafíos y a seguir adelante con nuestro propósito.

El encuentro con lo divino:

Cuando Jesús llama a María por su nombre, ocurre un encuentro transformador. Este momento nos recuerda que Dios nos llama personalmente, conoce nuestras luchas y está presente en nuestras vidas. En nuestro trabajo parroquial, este llamado divino nos inspira a servir con amor y dedicación, sabiendo que cada acción, por pequeña que sea, tiene un significado profundo.

La misión de compartir el mensaje:

Después de encontrarse con Jesús, María Magdalena se convierte en la primera en anunciar la Resurrección. Este acto nos enseña la importancia de compartir nuestra fe y nuestras experiencias con los demás. En los movimientos apostólicos y en nuestra vida diaria, somos llamados a ser testigos del amor de Dios y a llevar su mensaje de esperanza y salvación a todos los que nos rodean.