El Poder Transformador de la Fe: Reflexión Basada en Mateo 9,18-26

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El Poder Transformador de la Fe: Reflexión Basada en Mateo 9,18-26

2024-07-08 Fe y Esperanza 0

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,18-26):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado.» Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.

El Poder de la Fe y la Esperanza:

La lectura del evangelio según San Mateo (9,18-26) nos narra dos milagros que demuestran el inmenso poder de la fe y la esperanza. En primer lugar, encontramos a un jefe que se postra ante Jesús, suplicando por la vida de su hija recién fallecida. Su confianza en que Jesús puede devolverle la vida es un ejemplo claro de fe absoluta. En la vida diaria, esta actitud nos invita a acercarnos a Dios con plena confianza, seguros de que Él escucha nuestras súplicas y tiene el poder para transformar nuestras situaciones más difíciles.

La Sanación Interior:

Durante el mismo pasaje, una mujer que sufría de hemorragias desde hacía doce años se acerca a Jesús con la esperanza de ser sanada. Su fe es tan grande que piensa que con solo tocar el manto de Jesús, su salud será restaurada. Este acto de fe y la respuesta inmediata de sanación que recibe, nos recuerda la importancia de buscar a Jesús en medio de nuestras propias dolencias, no solo físicas, sino también emocionales y espirituales. En el trabajo en la parroquia y en los movimientos apostólicos, esto implica acompañar y apoyar a quienes buscan consuelo y sanación interior.

El Poder del Encuentro Personal con Jesús:

Ambas historias en el evangelio resaltan el poder del encuentro personal con Jesús. Tanto el jefe que se postra ante Él como la mujer que toca su manto buscan un contacto directo con el Salvador. En nuestras vidas, debemos cultivar momentos de encuentro personal con Dios a través de la oración, la meditación y la Eucaristía. Estos momentos son fundamentales para fortalecer nuestra fe y encontrar las respuestas que necesitamos en nuestras luchas diarias.

La Comunidad de Fe:

En los milagros narrados, vemos también la importancia de la comunidad. La noticia de los milagros de Jesús se difundía entre la gente, generando un ambiente de esperanza y fe compartida. En nuestras parroquias y movimientos apostólicos, es esencial fomentar una comunidad de fe donde cada miembro se sienta apoyado y motivado a crecer espiritualmente. Esto se logra a través de la participación activa en actividades comunitarias, el apoyo mutuo y la creación de un ambiente de acogida y comprensión.

La Fe como Fuente de Transformación:

Finalmente, el evangelio nos muestra que la fe es una fuente poderosa de transformación. La hija del jefe revive y la mujer es sanada completamente, lo que cambia radicalmente sus vidas y las de sus familias. En nuestra vida cotidiana, la fe puede transformar nuestras circunstancias, dándonos la fortaleza para superar desafíos y la gracia para ver la mano de Dios en cada situación. En el trabajo parroquial y en los movimientos apostólicos, esta transformación se traduce en acciones concretas de caridad, justicia y evangelización.