Renovación Espiritual según Mateo 9,14-17

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Renovación Espiritual según Mateo 9,14-17

2024-07-06 Renovación Espiritual 0

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-17):

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

Palabra del Señor.

La Nueva Alianza en Cristo:

En Mateo 9,14-17, Jesús nos presenta una enseñanza fundamental sobre la novedad de su mensaje. Los discípulos de Juan le preguntan por qué sus seguidores no ayunan como ellos. Jesús, en su respuesta, utiliza la imagen de un novio en una boda, indicando que mientras el novio está presente, no es tiempo de ayunar. Aquí, se nos revela que la llegada de Jesús marca un nuevo comienzo, una nueva alianza con Dios. En nuestra vida diaria, esta enseñanza nos invita a estar abiertos al cambio y a la renovación constante de nuestra fe, dejando atrás las prácticas que ya no se ajustan al espíritu de amor y libertad que Cristo nos trae.

La Flexibilidad del Espíritu:

Jesús también habla de remendar ropa vieja con tela nueva y de poner vino nuevo en odres viejos. Estas metáforas subrayan la importancia de la flexibilidad espiritual. No podemos aferrarnos a viejas costumbres o estructuras rígidas cuando Dios nos llama a algo nuevo. En nuestro trabajo en la parroquia, esto significa estar dispuestos a adaptar nuestras prácticas y ministerios a las necesidades actuales de la comunidad, siempre guiados por el Espíritu Santo. La flexibilidad no es una señal de debilidad, sino de una fe viva y en constante crecimiento.

Renovación en la Comunidad:

La parábola del vino nuevo y los odres nuevos también se aplica a nuestra vida comunitaria. Cada miembro de la iglesia es un recipiente de la gracia divina, y juntos formamos el cuerpo de Cristo. La renovación espiritual que Jesús nos invita a vivir debe reflejarse en nuestras relaciones interpersonales, fomentando una comunidad de amor, apoyo mutuo y crecimiento espiritual. En los movimientos apostólicos, debemos buscar siempre nuevas formas de llevar el evangelio a los demás, respetando las tradiciones, pero sin miedo a innovar y a buscar métodos que mejor respondan a los desafíos de nuestro tiempo.

La Alegría de la Presencia de Cristo:

El mensaje de Jesús sobre el ayuno también nos recuerda la alegría que su presencia nos trae. Cuando caminamos con Cristo, nuestras vidas se llenan de un gozo profundo que trasciende las dificultades y los sufrimientos. Este gozo debe ser evidente en todas nuestras acciones y en nuestro servicio a los demás. En la parroquia, esta alegría se manifiesta en la acogida cálida, en el servicio desinteresado y en la celebración de la vida comunitaria. Los movimientos apostólicos, por su parte, deben ser testimonio vivo de esta alegría, llevando esperanza y luz a todos los rincones de la sociedad.

El Desafío de la Adaptación:

Finalmente, las palabras de Jesús nos desafían a adaptarnos y a crecer. La vida cristiana no es estática; es un camino de constante transformación y renovación. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a discernir continuamente la voluntad de Dios en nuestras vidas y a responder con valentía a sus llamadas. Esto requiere una disposición constante a dejar atrás lo viejo y a abrazar lo nuevo con fe y esperanza. En nuestra parroquia y en los movimientos apostólicos, este desafío se traduce en una dedicación constante a la formación espiritual, al servicio comunitario y a la evangelización creativa.