Acogiendo el Reino de Dios como Niños: Una Reflexión del Evangelio según san Marcos 10,13-16

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Acogiendo el Reino de Dios como Niños: Una Reflexión del Evangelio según san Marcos 10,13-16

2024-05-25 Acogida Bendición Divina Pureza de Corazón 0

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,13-16):

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

Acogida de los Niños:

En el pasaje del Evangelio según San Marcos, Jesús nos muestra la importancia de acoger a los niños. Los discípulos intentaban apartar a los pequeños que se acercaban a Jesús, pero Él les reprendió y dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios”. Este llamado a la apertura y la acogida es fundamental en nuestra vida diaria. En nuestras casas, debemos crear un ambiente donde los niños se sientan amados y seguros. En la parroquia, es esencial tener programas que promuevan su crecimiento espiritual y moral.

La Inocencia y Pureza del Corazón:

Jesús nos invita a recibir el Reino de Dios con la inocencia y pureza de un niño. En nuestras ocupaciones diarias, esta actitud se traduce en la capacidad de enfrentar los desafíos con un corazón limpio, sin malicia. En el trabajo parroquial, esto significa actuar con transparencia y honestidad, promoviendo un ambiente de confianza y respeto. En los movimientos apostólicos, es fundamental mantener una actitud abierta y sincera, buscando siempre el bien común y la justicia.

La Bendición de Jesús:

El gesto de Jesús al bendecir a los niños, imponiéndoles las manos, nos recuerda la importancia de la bendición en nuestra vida cotidiana. La bendición de Dios es un signo de su amor y protección. En la familia, bendecir a los hijos es una manera de encomendar su vida al cuidado divino. En la parroquia, la bendición puede ser un acto comunitario que fortalece la fe y la unidad entre los miembros. En los movimientos apostólicos, la bendición es una forma de consagrar nuestro trabajo y esfuerzo al servicio de Dios y de los demás.

La Enseñanza de la Humildad:

Al destacar que el Reino de Dios pertenece a quienes son como los niños, Jesús nos enseña la virtud de la humildad. En la vida diaria, ser humildes implica reconocer nuestras limitaciones y depender de la gracia divina. En la parroquia, la humildad se manifiesta en el servicio desinteresado y la disposición a aprender de los demás. En los movimientos apostólicos, ser humildes nos permite trabajar en equipo, valorando las contribuciones de cada miembro y fomentando un espíritu de colaboración y fraternidad.

Aplicación en la Comunidad:

La lección de Jesús sobre los niños tiene una relevancia particular en nuestras comunidades. En el hogar, implica educar a los hijos con amor y paciencia, guiándolos en la fe. En la parroquia, significa crear espacios inclusivos donde todos, especialmente los más pequeños, se sientan valorados y bienvenidos. En los movimientos apostólicos, debemos promover iniciativas que apoyen a las familias y fortalezcan la educación en valores cristianos. La comunidad es un reflejo del amor de Dios cuando actúa con unidad y compromiso hacia el bienestar de todos sus miembros.