Claridad y Comunidad: Reflexiones desde Juan 16,29-33

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Claridad y Comunidad: Reflexiones desde Juan 16,29-33

2024-05-13 Apoyo mutuo Claridad Comunidad Fe 0

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,29-33):

En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

Palabra del Señor.

Introducción:

En nuestras vidas, a menudo enfrentamos situaciones que nos ponen a prueba, tanto personal como comunitariamente. Hoy, reflexionamos sobre palabras que nos ofrecen una profunda comprensión y consuelo.

Comprensión del mensaje:

El pasaje nos presenta un diálogo entre el Maestro y sus discípulos, donde ellos expresan su fe después de escuchar sus palabras claras y directas. Este momento refleja una transición: de la confusión a la claridad, del miedo a la fe.

Aplicación a la vida diaria:

En nuestro día a día, este pasaje nos recuerda la importancia de la claridad y la honestidad en nuestras interacciones. Al igual que los discípulos, cuando enfrentamos desafíos, nuestra fe puede fortalecerse a través del diálogo y el entendimiento mutuo.

Relevancia en el trabajo parroquial:

En el ámbito de la parroquia, este pasaje nos anima a ser transparentes y directos en nuestra comunicación. Es fundamental para construir una comunidad donde todos se sientan escuchados y comprendidos.

Impacto en los movimientos apostólicos:

Para aquellos involucrados en movimientos apostólicos, el pasaje subraya la necesidad de apoyarnos mutuamente, especialmente en tiempos de incertidumbre. La fe compartida y la claridad en nuestros propósitos nos unen y nos fortalecen como comunidad.

Conclusión:

Este texto evangélico nos invita a valorar y fomentar la comunicación clara y el apoyo mutuo, tanto en nuestras vidas personales como comunitarias. Nos recuerda que, a pesar de las dificultades, no estamos solos; estamos rodeados por una comunidad que comparte y sostiene nuestra fe.