Encontrando la Paz Verdadera: Reflexiones sobre Juan 14,27-31a

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Encontrando la Paz Verdadera: Reflexiones sobre Juan 14,27-31a

2024-04-30 Paz 0

Lectura del santo evangelio según san Juan (14,27-31a):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».

Palabra del Señor.

Introducción:

En nuestras vidas, frecuentemente enfrentamos situaciones que nos desafían y nos invitan a reflexionar sobre el verdadero significado de la paz. El pasaje del evangelio de hoy nos ofrece una perspectiva profundamente esclarecedora sobre este tema tan relevante.

La Paz que el Mundo no Puede Dar:

El texto evangélico nos habla de una paz que no es como la que ofrece el mundo. Esta paz no es la ausencia de problemas, sino una serenidad interna que se sostiene incluso en medio de las tormentas de la vida. En nuestras actividades diarias, tanto en la parroquia como en los movimientos apostólicos, es esencial cultivar esta paz interna para enfrentar los retos con calma y decisión.

La Importancia de la Serenidad en la Comunidad:

En el corazón de nuestra comunidad, la serenidad juega un papel crucial. Al promover un ambiente de paz, facilitamos un espacio donde todos se sienten bienvenidos y valorados. Esta actitud de acogida y respeto mutuo es fundamental para el crecimiento espiritual colectivo y para la armonía dentro de los grupos de trabajo y oración.

Enfrentando los Desafíos sin Perder la Paz:

A menudo, los desafíos y los desacuerdos pueden provocar tensiones dentro de nuestra comunidad. Sin embargo, el evangelio nos recuerda que debemos mantener la serenidad y actuar siempre desde el amor y la comprensión. Este enfoque nos ayuda a resolver conflictos de manera constructiva, sin perder de vista la paz que debemos conservar y promover.

Conclusión:

La paz que Jesús nos ofrece es un regalo que debemos atesorar y cultivar en nuestras vidas. Al integrar esta serenidad en cada aspecto de nuestro trabajo parroquial y en los movimientos apostólicos, no solo enriquecemos nuestra experiencia espiritual, sino que también contribuimos a un mundo más armónico y comprensivo.