Buscando lo Eterno: Reflexiones sobre Juan 6,22-29

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Buscando lo Eterno: Reflexiones sobre Juan 6,22-29

2024-04-15 Vida Espiritual 0

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,22-29):

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».

Palabra del Señor.

Introducción:

En nuestra jornada cotidiana, nos enfrentamos constantemente a la elección entre lo efímero y lo eterno. Este fragmento del evangelio de san Juan nos desafía a reflexionar sobre nuestras motivaciones y el verdadero propósito de nuestras acciones.

Buscando más allá del alimento terrenal:

El relato nos revela a una multitud que, tras presenciar la multiplicación de los panes, busca a Jesús no por los signos que podría significar sobre su identidad divina, sino por la satisfacción inmediata de sus necesidades físicas. Este comportamiento resuena en muchas de nuestras acciones diarias, donde frecuentemente buscamos satisfacer necesidades inmediatas, olvidando las aspiraciones más profundas y duraderas.

La interrogante divina:

Jesús interpela a la multitud sobre sus razones para buscarlo, instándoles a trabajar no por el alimento que perece, sino por el que perdura para vida eterna. Este llamado es especialmente pertinente en nuestro trabajo dentro de la comunidad y los movimientos apostólicos, donde la tentación de centrarse en los logros tangibles y temporales es fuerte. Debemos, en cambio, enfocarnos en sembrar valores perdurables y fomentar un crecimiento espiritual en nosotros y en los demás.

La respuesta espiritual requerida:

El evangelio también nos plantea la pregunta fundamental sobre qué es "trabajar" para el alimento que perdura. Esta labor no se refiere simplemente a acciones físicas, sino a una constante búsqueda espiritual y a un compromiso con las verdades más profundas. En la vida parroquial, esto se manifiesta en cómo nos dedicamos a las actividades que fortalecen nuestra fe y la de nuestra comunidad, promoviendo una auténtica transformación interna más allá de la participación superficial.

El creer como obra de Dios:

Finalmente, Jesús revela que la obra esencial que Dios requiere es creer en aquel que Él ha enviado. Esta fe no es un acto pasivo, sino activo y dinámico, que implica una dedicación continua y un esfuerzo por parte de nuestra comunidad para entender y vivir conforme al mensaje divino. Este creer se convierte en la base de todas nuestras acciones y del verdadero trabajo apostólico.

Conclusión:

Así, la enseñanza del evangelio no solo ilumina nuestra comprensión de lo que es verdaderamente importante, sino que también refuerza nuestro compromiso de vivir y promover una vida guiada por valores eternos. Esta reflexión es una invitación a profundizar en nuestro propósito y a reorientar nuestras energías hacia lo que realmente importa.